La Agrupación de Ciudadanos Siero, a través de su concejal, Sergio García, ha trasladado al equipo de gobierno la preocupación vecinal por la proliferación de las colonias de palomas urbanas y las incomodidades que surgen ante esta problemática.

“Es necesario iniciar una campaña de control sobre las colonias más numerosas y de mayor riesgo de plaga. La masificación de palomas además de generar molestias a los vecinos y devaluar el entorno, supone un riesgo biosanitario importante”, han indicado.

Las palomas urbanas son una especie con gran potencialidad como plaga y ocasionan molestias como ruido, suciedad y deterioro de los inmuebles, del mismo modo que en ocasiones se puede llegar a sufrir problemas relacionados con la salud pública si las colonias siguen en aumento.

Desde Ciudadanos Siero proponemos intervenir y favorecer el logro de una población adecuada de palomas, y para ello además de la colaboración ciudadana también se hace necesaria la intervención técnica.

Según nuestro criterio se debería instar al ciudadano a no alimentar a especies propensas a originar focos de insalubridad, evitar el refugio de las palomas en los tejados o buhardillas de los inmuebles y evitar en la medida de los posible el asentamiento o posado de las palomas en las cornisas, los balcones, terrazas o fachadas de los edificios. Para ello, parece ser útil la colocación de púas antipalomas, sustancias repelentes, etc.

No obstante, es indispensable la intervención técnica directa sobre el número de palomas existente, se deben aplicar métodos respetuosos con los animales pero que garanticen un control de la sobrepoblación y una prevención en el tiempo.

Desde la Agrupación de Ciudadanos Siero valoramos una buena estrategia la que aune diferentes métodos de actuación para el control del número de palomas. Podrían ser viables y respetuosos con la vida de las aves, las técnicas de cetrería y los ahuyentadores eléctricos con sonido de aves rapaces, el control de fertilidad de las colonias con fármacos anticonceptivos autorizados y siguiendo unas pautas de dosificación específicas, y, por último, la captura de palomas mediante jaulas trampa o redes para seleccionar las que no estén enfermas y soltarlas en otro entorno donde no supongan una molestia o peligro contra la salubridad.