• El actual ordenamiento jurídico ya asegura la neutralidad de las instituciones frente al hecho religioso y garantiza la libertad de conciencia

Gijón, 13 de abril de 2021. El concejal de Ciudadanos, Rubén Pérez Carcedo, ha considerado absurdo e innecesario pretender hacer un reglamento municipal de laicidad porque no tenemos ningún tipo de competencia en la materia y, sobretodo, porque el ordenamiento jurídico ya asegura la neutralidad de las instituciones frente al hecho religioso y garantiza la libertad de conciencia, “que es lo que constituye la verdadera laicidad”. De hecho, es ya significativo que tan sólo uno de los más de 8.000 municipios que hay en España considerado necesario regular esta materia.

A su juicio, el verdadero objetivo de este reglamento no sería otro que pretender imponer su ideología y suprimir cualquier aspecto que les suene a religión, especialmente católica, de la vida pública de la ciudad como si la religión no fuera un asunto público con claras dimensiones sociales y culturales. “Por mucho que se empeñen no se pueden borrar ni ocultar las raíces cristianas de nuestra sociedad”. Además, la religión es un asunto muy serio para muchos gijoneses y, por lo tanto, es digno de todo el respeto político e institucional sobre el que no se debería frivolizar.

También señaló el sinsentido de regular algunos de los aspectos anunciados. Así, pretender, por ejemplo, que los representantes públicos no podamos participar en ningún acto religioso, no solo vulneraría nuestros derechos individuales, sino que, además, supone confundir una presencia institucional con una adhesión a un credo concreto, cuanto simplemente constituye una muestra de respeto y la participación en un acto ciudadano como se participa en tantos otros.

Por último, recordó que hay otros reglamentos y ordenanzas pendientes de elaboración en asuntos que sí son competencias municipales y que son importantes para la ciudadanía y la ciudad, como el nuevo reglamento de participación ciudadana, la ordenanza subvenciones o la de igualdad, “que son en los que este Gobierno debería centrar sus esfuerzos en vez de en elaborar normativas absurdas que nadie demanda”.