• Rubén Pérez Carcedo (Cs): “Hay que acabar con cualquier intento de ideologizar o politizar las denominaciones de los espacios públicos, ya que nos pertenecen a todos los gijoneses”

Gijón, 9 de agosto de 2020. El concejal de Ciudadanos, Rubén Pérez Carcedo, ha anunciado este domingo que aprovechará la reforma del Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico del Ayuntamiento de Gijón, prevista para el mes de septiembre, para tratar de incluir en su Título V, que establece el procedimiento para la otorgación de honores y distinciones municipales, una regulación del procedimiento para el nombramiento de las vías, edificios y espacios públicos de la ciudad.

“Queremos que a la hora de determinar el nombre de los espacios públicos de la ciudad exista un procedimiento claro que asegure que los mismos cuenten con el máximo consenso posible y asegurando la participación ciudadana. Además, cuando se trate de honrar a personas es importante asegurar que tengan o hayan tenido algún vinculo claro con nuestra ciudad, y sus méritos y prestigio sean ampliamente reconocidos para hacerles merecedores del honor que supone tener un nombre en el callejero gijonés”, señaló Pérez Carcedo.

En este sentido, aclaró que, contrariamente a lo que piensan la mayoría de los ciudadanos, la competencia para otorgar estas denominaciones es de la Alcaldía y no del Pleno, por lo que lo único que podemos hacer desde el Pleno es regular las condiciones y el procedimiento para ejercerla adecuadamente, tal y como han hecho ya otras ciudades.A juicio del edil, son varias las calles que hay en Gijón que llevan el nombre de personas no han tenido ningún vinculo con la ciudad o con su historia, y que se han otorgado por criterios meramente ideológicos “en un intento de politizar y apropiarse de espacios que son públicos y que, por lo tanto, pertenecen a todos los gijoneses, algo que con esta regulación pretendemos evitar que se pueda seguir produciendo”.

Finalmente, Carcedo consideró oportuno que en esta normativa se tasaran los motivos que justificarían cambiar las denominaciones ya existentes para evitar polémicas y arbitrariedades en los cambios, y dado el importante perjuicio que cualquier cambio ocasiona a los vecinos y comerciantes de la vía afectada.“Además, en el caso de personas, estaríamos hablando de revocar un reconocimiento público otorgado por la ciudad por lo que tendrían que existir razones de peso, claras y objetivas que lo justificara. No como ahora, que se pretende apresuradamente cambiar el nombre la avenida de Juan Carlos I, por un capricho ideológico, vulnerando cualquier tipo de presunción de inocencia y olvidando el papel que ha jugado en la consolidación de nuestra democracia”, concluyó.