Un gran partido político es aquel cuyos miembros están bien integrados en pro de un objetivo común, loable, que beneficie a la población. Las distintas personas que lo componen hacen posible que exista una diversidad de opiniones y es evidente que con sus aportaciones lo hacen grande.
Existen tantas formas de ver los problemas como diferentes soluciones se pueden plantear. Ante un problema, es manifiesto que cada uno de sus integrantes tienen opiniones diferentes, algunas veces encontradas, que precisan de un debate para que ante los distintos puntos de vista surja un planteamiento certero que resuelva la situación.
Si la solución a un problema se resuelve con la simpleza de ver la botella medio llena o medio vacía, se cae en el grave error de no ver otras alternativas. Resolver los conflictos no está en función del estado de ánimo de su Presidente o Secretario (local, autonómico o nacional) sino en la riqueza de aportar nuevas ideas a un proyecto común. Si en vez de pensar que la botella está a medio llenar, se piensa que contiene líquido, o en la forma que tiene, o en el color de su cristal, incluso si es de plástico o vidrio, etc., no por ello cada uno de sus miembros está equivocado, seguro que todos tienen razón en sus planteamientos, pero con distintos puntos de visibilidad del problema. Seguro que entonces las alternativas serán más variadas y resolutivas y no están al albur de la opinión prevalente de su lider.
Desde Ciudadanos Grado, un partido liberal y progresista, creemos que los conflictos de cualquier grupo político, deben resolverse con grandeza, consensuando y debatiendo en el grupo bajo la unidad de acción conjunta en beneficio de la gente del Concejo y Villa de Grado. Cremos, en Cs Grado, que la democracia interna de un partido, no es sólo votar, sino escuchar y debatir, porque un partido liberal es “estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otro modo y a no admitir jamás que el fin justifica los medios sino que, por el contrario, son los medios los que justifican el fin”.
El liberalismo es pues una conducta ”que no requiere profesiones de fe sino ejercerla de un modo natural, sin exhibirla ni ostentarla” para que los proyectos puedan llegar a la población, la beneficien y no dependan de intereses de un Presidente o de un Portavoz municipal. El liberalimo por lo tanto, es mucho más que una política.