La Fundación Municipal de Cultura decidió la semana pasada, con los dos únicos votos favorables de PSOE e IU, la aplicación de 25.000 euros para una exposición dedicada a Indalecio Prieto. Dinero solicitado por una fundación llamada… Sí, lo habéis adivinado: Fundación Indalecio Prieto. Las fundaciones con nombre propio siempre me han chirriado, y el caso es que ésta lleva el nombre de un personaje fallecido, lo cual podría neutralizar esa incomodidad por mi parte, pero la actitud de la citada fundación, en connivencia con dos partidos del tripartito que gobierna en Oviedo, no deja de ser preocupante.
Ciudadanos expresó desde el principio nuestra oposición a la muestra por lo controvertido del personaje, argumento al que posteriormente hemos sumado otros de tipo económico, gestión y transparencia. Veamos.
La biografía de Indalecio Prieto está jalonada por una serie de datos que describen la talla del personaje. Este señor con argumentos eminentemente machistas era opuesto al voto femenino. Ahora todos nos abrazamos a la figura de Clara Campoamor, pero algunos han olvidado que su principal detractor fue Prieto. Un miembro del PSOE, el mismo partido al que pertenecía la impulsora del voto femenino.
En el 34, participó de los hechos de Asturias como traficante de armas para provocar una revolución contra el gobierno de la República legítimamente elegido en las urnas. También presumía de ir armado al Congreso, y hasta en una ocasión sacó su arma para amenazar a otro diputado. Para rematar, sus guardaespaldas fueron los asesinos del principal líder de la oposición en el tercer gobierno de la República, Leopoldo Calvo Sotelo.
Ignoro si estos hechos se mostrarán en la exposición de la que podrán disfrutar los ovetenses en julio. La muestra podría ser el arquetipo de lo que tendría que ser la Memoria Histórica, pero con toda probabilidad lo único que hará será ensalzar al personaje.
Dejando aparte los aspectos controvertidos del personaje, hemos de fijarnos también en la actitud de la Fundación Indalecio Prieto y su presidente, que ha obligado a la Fundación Municipal de Cultura a contratar los servicios de una empresa de transporte designada por él, sin dar opción a otras empresas igualmente preparadas para llevar a cabo la tarea de traer el material de la exposición a Oviedo.
Según los funcionarios del ayuntamiento, el presidente de la Fundación Indalecio Prieto fue taxativo: o se contrataba esa empresa de transporte o la exposición no venía. Ante una situación semejante, si yo hubiera sido el presidente de la Fundación Municipal de Cultura no me habría temblado el pulso: la exposición no vendría a Oviedo.
Contravienen de manera clara, y sin avergonzarse, los principios de transparencia y buen gobierno que pregonan. Podemos intuir que esta falta de limpieza y alternativas para contratar a una empresa distinta a SIT Grupo Empresarial motivó la tibia abstención de SOMOS. Finalmente, decidió el voto de calidad del presidente Sánchez Ramos (Rivi).
Sobre las cifras, se destinarán 13.000 euros al transporte del material y el seguro, a los que se suman 2.500 euros reservados para la dirección artística. Los 10.000 euros restantes, más la aportación del Principado, imaginamos que irán a parar a las arcas de la Fundación Indalecio Prieto. En definitiva, dinero público directo a los bolsillos de los afines ideológicos. No hemos cambiado los perros, sólo hemos cambiado los collares.
Luis Pacho, portavoz de Ciudadanos en el ayuntamiento de Oviedo